Cambios en nuestro cielo del Sur durante la primavera
Como vimos anteriormente ya comenzó la primavera en el hemisferio Sur. El equinoccio de primavera indica el fin del invierno y el comienzo de días más largos, noches más cortas y cielos renovados. Esto repercute en la forma en las estrellas que observamos.
¿Qué es un equinoccio?
La palabra equinoccio proviene del latín aequus (igual) nox (noche). En esta fecha, el día y la noche tienen prácticamente la misma duración en todo el planeta. Esto ocurre porque el Sol transita el ecuador celeste, iluminando ambos hemisferios por igual.
Los días siguientes tendremos más horas de luz y por lo tanto menos tiempo de estrellas.
Constelaciones que se despiden…
Durante las noches de invierno dominaban nuestro cielo del Sur constelaciones como Escorpio y Sagitario. A medida que pasan los días, estas figuras celestes se van escondiendo hacia el oeste poco después del atardecer.
Podremos observar estas constelaciones nuevamente:
- Orión, con la brillante estrella Betelgeuse y la espectacular Nebulosa de Orión.
- Tauro, donde se destacan las Pléyades, un cúmulo abierto visible a simple vista.
- Can Mayor, con Sirio, la estrella más brillante del cielo nocturno.
Estas constelaciones empiezan a asomar por el este en las madrugadas de septiembre y se irán adueñando del cielo nocturno durante los próximos meses.
El cielo y las culturas antiguas
Los equinoccios siempre fueron fechas importantes para las culturas antiguas:
- Los mayas diseñaron la pirámide de Chichén Itzá para que, en equinoccio, la sombra forme la figura de una serpiente descendiendo.
- Los incas celebraban el inicio de la siembra, guiándose por la posición del Sol.
- En Egipto, el equinoccio coincidía con festividades ligadas a la renovación y el equilibrio.
Consejos para observar el cielo primaveral
- Buscá un lugar oscuro, lejos de la contaminación lumínica.
- Usá aplicaciones como Stellarium o Skyview2 para ubicar las constelaciones.
- Empezá tus observaciones en las primeras horas después del anochecer, cuando todavía se pueden ver las constelaciones de invierno junto a las primeras del verano y entonces verás un cielo de transición.
En conclusión: el equinoccio no solo marca un cambio en la Tierra, también transforma nuestro cielo. Setiembre y octubre son meses perfectos para despedirse de Escorpio y Sagitario y recibir a Orión, las Pléyades y Sirio.
Elaborado por Karina Azambuya
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